Un enorme incendio en una prisión de Honduras provocó el
miércoles la muerte de más de 350 reos que quedaron atrapados en sus celdas, en
la última tragedia de este tipo en la nación centroamericana que sufre una
sobrepoblación carcelaria.
La fiscalía general dijo que al menos 356 reos y una mujer
habían fallecido por el incendio en la prisión, que alojaba a más de 800
prisioneros, casi el doble de su capacidad, situada en la ciudad de Comayagua,
unos 75 kilómetros al norte de la capital Tegucigalpa.
Este es uno de los peores incendios ocurridos en una prisión
en Latinoamérica. Muchos reos murieron calcinados atrapados en sus propias
celdas, según reportes de testigos y medios.
"Escuchamos lamentos de la gente que estaba prendida en
fuego", relató a reporteros un reo, quien dijo que tenía una mano y varios
dedos fracturados. "Reventamos las láminas de arriba para poder
salir", agregó.
Medios locales reportaron que entre los muertos y
desaparecidos sumaban 402 personas.
Lucy Marder, jefa de Medicina Forense, dijo que la policía
reportó que uno de los 357 muertos fue una mujer que acompañaba a uno de los
reos y que el resto eran prisioneros, pero se presumía que algunos pudieron
haber escapado durante el incendio.
Dos posibles causas
Imágenes de televisión mostraron a cientos de personas
exigiendo información sobre sus familiares presos y lanzando piedras contra
policías afuera de la cárcel. Los agentes respondieron con bombas de gas
lacrimógeno.
"Ando buscando a mi hermano, no sabemos qué pasa con él
y no nos dejan entrar", dijo Arlen Gómez a la radio local, mientras
buscaba desesperada información.
Autoridades penitenciarias tenían hasta ahora dos hipótesis
sobre las causas del incendio: un cortocircuito en el sistema eléctrico o que
un prisionero haya prendido fuego a un colchón.
En mayo del 2004 en una cárcel de San Pedro Sula, la segunda
mayor ciudad de Honduras, murieron 107 reos, y en el 2003 se registró el deceso
de 78 personas en una prisión de la ciudad de La Ceiba.
Las cárceles de Honduras alojan a 12.500 reos, cuando fueron
construidas con una capacidad para 6.000.
Honduras, la tercera nación más pobre de América luego de
Haití y Nicaragua, tiene la mayor cifra de homicidios del mundo con 82
asesinatos por cada 100.000 habitantes, según Naciones Unidas, y debe
enfrentarse a la violencia de cárteles del narcotráfico, bandas juveniles
callejeras y cárceles superpobladas.
El número de crímenes se ha disparado por la presencia de
cárteles de las drogas de México que han extendido sus negocios hacia varias
naciones de América Central.
La nación centroamericana, que sufrió una crisis política
tras un golpe de Estado en junio del 2009 contra el entonces presidente Manuel
Zelaya, es punto clave en el tránsito de drogas hacia Estados Unidos.
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