LOS LLAMADOS.- Las voces que se levantan y llaman al comedimiento
en la presente campaña electoral, sin que hasta el momento se haya roto una
copa o salido a relucir los cuchillos ¿lo hacen por rutina, por suposición o
porque conocen situaciones y quieren prevenirlas? ¿Piensan en las causas o en
los efectos? Las inquietudes son válidas, aun cuando los partidos y los
candidatos hayan observado una conducta que si no ejemplar, por lo menos no
deja de desear. Si fuera por Hipólito Mejía y Danilo Medina, la competencia
sería eminentemente cívica. No hay furia ni rencor en el uno ni en el otro. Sin
embargo, ellos no son la campaña. O de igual modo, las armas se usan de acuerdo
a necesidades y circunstancias. El trabajo sucio, por ejemplo. Muchas veces no
lo hace el partido ni el candidato. Es tarea de particulares, e incluso
responde – en ocasiones -- a razones que no son propiamente políticas, pues
como se dice de viejo “a aguas revueltas, ganancias de pescadores”. Y las
cuentas pendientes se cobran en cualquier oportunidad. Las malas entrañas de la
política…
aporte del Listin Diario-
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